Solo el 6% de mujeres en zonas rurales culminan los estudios superiores
En este escenario de crisis, nuevamente las mujeres y niñas son las más afectadas, sobre todo las que viven en áreas rurales e indígenas y hablan lenguas nativas. En estas zonas, solo el 6,2 % de mujeres ha culminado los estudios superiores, a diferencia de la zona urbana donde el 33,5 % de mujeres entre 25 a 34 años, ha podido concluirlos.
Por otro lado, los estereotipos de género obligan a las niñas y adolescentes a compartir sus estudios con otras tareas que complican su avance en comparación con los hombres de su misma edad.
Según el Informe Brechas de Género 2019, elaborado por el INEI, en el intervalo de edad de 12 a 17 años, el 23,08% de mujeres se dedican principalmente a las labores domésticas sin remuneración. Mientras que solo el 14,13 % de hombres asumen esta responsabilidad.
Esta desigualdad respecto al acceso a la educación, también queda evidenciado con el alto porcentaje de analfabetismo en la población indígena. Según la ENDES 2018, un 24,6% de las mujeres con lengua materna indígena son analfabetas. La situación cambia con las mujeres que tienen como lengua materna al castellano, donde solo el 4,6% son analfabetas.
Brecha tecnológica
La pandemia nos ha obligado a virtualizar casi todas las actividades que realizamos. Sin embargo, esta digitalización también ha acentuado las desigualdades como la de brecha educativa. En el área rural solo el 6% de hogares cuentan con Internet. Miles de estudiantes no tienen acceso a las clases a distancia.
A diferencia de las zonas urbanas, donde el 49,9 % de estudiantes matriculados en colegios de una zona urbana sí tenían acceso a Internet, según la Encuesta Nacional de Hogares 2019 (ENAHO). Ello pone en relieve que son las niñas y niños en situación de pobreza quienes más se perjudican con esta brecha educativa.
Por otro lado, la virtualización de las clases conlleva un aumento en los gastos mensuales, pues implica la compra de celulares, computadoras, laptops y contar con luz eléctrica para cargarlos o comprar paquetes de datos para los equipos móviles. Recursos y herramientas que los hogares empobrecidos no siempre tienen.
La organización Plan Internacional alerta que estos factores son las causas principales por la que “niños, niñas y adolescentes que no pueden continuar con sus clases» terminan desertando y que la mayor tasa de inasistencia se encontraría en los grupos con escasos recursos económicos.
