“LA FIESTA DE TAYTA SHANTY”

De Mata Indios a Santo Protector

By: Apolinario Mayta Inga

 

El gran Apóstol que combatió con furia la idolatría, pasó a ser el “Salvador” de los pueblos indígenas. El Apóstol Conquistador Santiago terminó siendo Conquistado por sus devotos indios.

LA TRADICIÓN ESPAÑOLA

Definitivamente el culto al Apóstol Santiago, se deriva de un culto precristiano sobre divinidades gemelas, llamadas Castor y Polux. Éstos fueron hijos de Júpiter Tronante, quienes aparecen también montando dos briosos corceles blancos. Ambos fueron destinados a dos mundos diferentes, uno en el Cielo y el otro deberá servir en la Tierra. Esta historia asimismo, se relaciona con la mencionada tesis apócrifa que convierte a Santiago en hermano gemelo de Jesús.

Se dice que SANTIAGO el Mayor llegó a España para cristianizarla y a su muerte por orden de Herodes Agripa en Jerusalén, el Año de Gracia 44 d. C., sus discípulos llevaron su cuerpo de regreso a Asturias, que había exitosamente evangelizado. Alrededor del Año de Gracia 810 d. C., se cuenta que el hermitaño Pelayo vio brillar estrellas en la Diócesis de Iris Flavia, en Galicia. El Obispo se dirigió al lugar y al hacer talar el bosque se halló una caja con el sarcófago del Apóstol SANTIAGO. El rey Alfonso II ordenó la construcción de un templo en la villa de Compostela o “Campo de Estrellas”.

Los milagros del Apóstol, hizo que el Papa Calixto II dictara una Bula Papal en el Año de Gracia 1,122, por la cual los católicos que peregrinaban hasta Compostela, obtenían indulgencias y perdón de sus pecados. Llegaban peregrinos de toda Europa a través de Cataluña, Aragón o Navarra. Santiago de Compostela rivalizó y rivaliza con Roma, e incluso con Jerusalén, como lugar de masiva Santa Peregrinación.

Otra leyenda refiere que el Rey Ramiro I de Asturias, hijo de Alfonso II, se negó a seguir acatando el indignante: “Tributo de las Cien Doncellas”. Establecido por los sarracenos por lo que debían enviar anualmente a los emires musulmanes de Córdoba, 100 doncellas cristianas: 50 nobles y otras tantas plebeyas, que Ramiro I decidió poner fin a tan indignante tributo. Todo esto sucedía en el Año de Gracia 844 d. C.

El Rey formó un poderoso ejército, enfrentándose con los musulmanes en Albelda-Logroño. La derrota fue tan dura que fugó hacia Clavijo, a 17 kilómetros de Logroño, con los sobrevivientes. Pero allí acorralado, sumido en la desesperanza, se le apareció el Apóstol Santiago en sueños para anunciarle su presencia en la batalla que tendría que librarse al día siguiente.

Los cristianos, se lanzaron sin temor contra los moros convencidos de su victoria, porque su Rey les aseguró que el Apóstol Santiago el Mayor aparecería para batallar a su lado contra los musulmanes.

Según Clara Boggio Carrillo: Durante la batalla de Clavijo-La Rioja, el 23 de mayo del Año de Gracia 844: Apareció el Apóstol Santiago sobre un brioso caballo y espada en ristre, segando la cabeza de 70 mil moros infieles, corriendo la sangre a borbotones que, se dice, llegaron hasta el río Ebro, que dista dos leguas. Desde entonces fue bautizado como Santiago “Mata Moros”. Luego nace el grito estentorio patriótico y guerrero: ¡Santiago, Cierra España!, que se convierte en el grito de guerra del pueblo católico español, desalojando a los moros del territorio de España después de 8 siglos de esclavitud islámica que nunca apagó su fervor católico. Más bien la consolidó y fermentó.

La influencia que tuvo el relato de lo ocurrido en Clavijo en la mitología española fue tan grande que, en pocos años, se multiplicaron las intervenciones del Apóstol Santiago en batallas y escaramuzas, logrando expulsar a los moros de la Península Ibérica.

Alfonso X “El Sabio”, reproduce en su “Primera Crónica General” publicado en 1,270, las palabras del Apóstol a Ramiro I en sueños: “Sepa que Nuestro Señor Jesucristo repartió entre todos los apóstoles las provincias de la Tierra. Y a mí sólo me dio España para que la guardase. Rey Ramiro, esfuérzate en tu oración y se bien firme y fuerte en tus hechos, que yo soy Santiago. Y ten por verdad que tú vencerás mañana con la ayuda de Dios a todos esos moros”.

El “Caballero Andante de Dios”, lo llamó Miguel de Cervantes Saavedra. Y con ellos se impregnaron el espíritu de toda la Reconquista, inspirándose además el nacimiento de varias órdenes militares, al grito: ¡Santiago Cierra España!

En la Batalla de Coímbra en 1064, descrita en el Códice Calixtino, el Patrón de España vuelve a intervenir en favor de las tropas de Fernando I. Su intercesión conseguirá que, a partir de aquella fecha, la Reconquista fuera considerada Guerra Santa. Las apariciones del Santo Apóstol, recorrerán todo el territorio español mezclándose la realidad con la devoción en la Historia oficial.

Relato recreado por el historiador José González de Tejada,  que ha tenido una influencia enorme en la formación de la identidad histórica nacional española.

LA ORDEN DE LOS CABALLEROS DE SANTIAGO

Fue tal el fervor religioso y patriótico que alcanza la figura del Apóstol SANTIAGO,  que el año 1,160 se fundó la Orden Religiosa y Militar de los Caballeros de Santiago, que tenía la función de pelear contra los moros y proteger a los peregrinos de Santiago de Compostela. A esa Orden pertenecen los primos hermanos y Conquistadores de México, Hernán Cortéz de Monroy y Pizarro Altamirano y del Perú, Francisco Pizarro González. “Ellos, con su devoción a SANTIAGO y la Cruz en el Pecho de la Orden Jacobea, resumen el doble fenómeno histórico santiaguista, proyectado durante siglos en América”, precisa el historiador boliviano René Danilo Arze Aguirre.

LA TINYA Y EL WAKRAPUKO CREARON LOS WANKA XAUXAS

Refiere la tradición que los fieros WankaXauxas crearon la “Tinya” a base de la piel humana y el “Wakrapuko” con la cabeza y extremidades de los “perros sagrados”. La “Tinya” y el “Wakrapuko”, son instrumentos infaltables en la festividad de Tayta Shanty. Desde tiempos inmemoriales los gentiles “WankaXauxas ya “Tinyaban”, en honor a Tayta Wamani.

El Inca Garcilaso en sus “Comentarios Reales” escribe: Los Wankas fueron belicosos; a los que prendían en la guerra, desollaban. Unos pellejos henchían de ceniza y los ponían en un templo por trofeos de sus hazañas; y otros pellejos ponían en sus atambores (tambores), diciendo que sus enemigos se acordaban viendo que eran de los suyos,  y huían en oyéndolos. Para ostentación de la devoción que tenían a los perros, hacían de sus cabezas unas maneras de bocinas, que tocaban en sus fiestas y bailes por música muy suave a sus oídos, y en la guerra los tocaban para terror y asombro de sus enemigos; y decían que le honraban, le sonase bien, y a sus enemigos los asombrase e hiciese huir. Todas estas abuciones (abusos) y crueldades les quitaron los Incas, aunque para memoria de su antigüedad les permitieron, que como eran las bocinas de cabezas de perros, les fuesen de allí adelante de cabezas de corzos, gamos o venados, como ellos mismos quisiesen: y así las tocan ahora en sus fiestas y bailes.